OTRO DÍA PASADO POR AGUA.
LA AMENAZA DE LLUVIA SUSPENDIÓ DOS COFRADÍAS Y
DEJÓ EN LA CATEDRAL A LOS GITANOS
Nuevamente el cielo nos tuvo en vilo en la jornada del Miércoles Santo. Las consultas a los partes meteorológicos y al Cecop eran habituales en la tarde de ayer, aunque al final pudimos disfrutar una completa tarde de Semana Santa en el que se notaba una mayor afluencia aún de personas en las calles de la ciudad. Las previsiones, inicialmente, no eran buenas, centrándose el mayor riesgo de precipitaciones entre las ocho y las diez de la noche. Finalmente todo transcurrió con normalidad. En la Gran Vía desde primeras horas de la tarde se iban acercando granadinos para contemplar la salida de la cofradía del Consuelo. Gitanos bajados del Sacromonte esperaban a la hermandad del Cristo del Consuelo que procesionaría por las calles de la ciudad para hacer su estación penitencial y seguir hasta el barrio del Sacromonte, donde le esperaban las hogueras, el cante y el baile calé para darle la bienvenida al Gitano del Sacromonte. Allí estaban los integran-tes de las bandas que acompañarían ambos pasos, la del Gran Poder con el Cristo del Consuelo y la de Otura, con el paso de palio.
La jornada del Miércoles Santo ya no sufrirá más cambios pues un decreto arzobispal mandó que se cumplieran los mismos ante la solicitud de esta hermandad de recuperar su antigüedad. Por tanto este día queda así para los años venideros resolviéndose la controversia sobre el orden de las cofradías de la jornada, que ya el pasado año quedó bastante bien encajada, eso sí, con el esfuerzo de todas las hermandades para ajustar los horarios e itinerarios de manera equitativa para todos.
Sonaba "Saeta" al Cristo de los Gitanos en la Gran Vía nada más salir por la puerta del Sagrado Corazón, produciéndose la estampa típica de los aplausos y vítores al Cristo de los Gitanos, y las primeras saetas. Después, con un extraordinario esfuerzo de los cos-taleros y a las órdenes de Julio Rodríguez, salía a gatas del templo jesuita. Era el paso de palio de la Virgen del Sacromonte que recibía los aplausos después de seguir erguido tras el notable esfuerzo realizado. "Encarnación de la Calzada" era la primera ofrenda musical para continuar su camino por Gran Vía. Clavel rojo en el calvario del Cristo del Consuelo. En las esquinas, lietrix y a los pies una pita, símbolo del barrio sacromontano. A las siete menos diez de la tarde pedían venia e iniciaban su camino a la Catedral a los sones de marchas como "Medea" en el caso del Cristo o "Sale la Virgen de las Mara-villas", para la Virgen. Pero cuando la cofradía marchaba por la plaza de las Pasiegas y, ante la posibilidad de lluvia y dado que la cofradía estaba lejana a la Abadía del Sacro-monte, determinaron quedarse en el templo metropolitano y trasladar sus pasos en los próximos días.
Jorge Martínez Garzón
(IDEAL/Granada, 28/03/2013)