Tendrá lugar el próximo sábado día 22 de febrero,
a las 19:00 horas,
en el Salón de Plenos del Excmo. Ayuntamiento de Granada. Presentación que correrá a cargo del cofrade granadino
D. Armando Javier Ortiz García.
SACRO MONTE
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FOTO: TORRES MOLINA
Miércoles Santo, 20 de marzo de 1940
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SACRO MONTE
¡Miércoles Santo granadino! Mágico pregón de la naciente primavera y víspera de ese sublime Jueves Santo en que el orbe católico conmemora la institución de la Eucaristía.
En la noche de Granada, llena de plegarias y estrellas, de saetas y de luna; tiene lugar el acontecimiento indescriptible de la subida a la Abadía del Sacro Monte de la Cofradía del Santísimo Cristo del Consuelo, popular-mente conocida por la Hermandad de los Gitanos, cuyo acto constituye una de las emociones más inolvidables de la Semana Santa granadina.
Todas las cuevas, en esa incomparable noche velan el Paso del Consuelo. Sus moradores, los auténticos gitanos de Granada lo esperan con impaciente deseo.
En la puerta de cada cueva se colgaron faroles, candiles y velones, ramas de almendro y manojos de albahaca.
Por las crestas del Monte se escucha el griterío de los que preparan las gigantescas pirámides de leña que han de encenderse cuando pase Jesús.
El gentío llena el camino y los senderos de las cuevas.
Allá a lo lejos el resplandor de Granada ilumina el cielo como una aurora boreal.
De Valparaíso llega un eco de voces que suenan por el Avellano. El Dauro, brilla como una cinta de plata, y del Generalife trae el aire el aroma de flores de sus jardines encantados.
Lentamente llega la Cofradía. La muchedumbre va dejándole paso por el camino. Los penitentes avanzan como fantasmas en la noche. Las saetas tienen rito de martinete gitano y cadencia de yunque y martillo.
¡Ya viene Jesús…! Un escalofrío intenso recorre nuestras venas, y el corazón late al acompasado son de un ronco tambor.
Emoción única. Como único es el escenario donde ha querido Cristo, en esa noche incomparable, clavado en la Cruz de su Pasión, alzarse sobre el mundo, ante tanta belleza por Él creada, para que cautivados por todo aquello que embriaga y subyuga, podamos los humanos comprender más fácilmente, cuán grandiosa es la obra y qué formidable es el poder del Dios verdadero que se dejó crucificar por los pecados de los hombres.
El «Paso», avanza como una estrella sobre el universo. De una humilde cueva, un gitanillo arrodillado, le dice al Señor sus penitas, hondas como la letra de las soleares… Saeta gitana, Promesa…
De ir en penitencia
con los pies descalzos
por las Siete Cuestas…
¡Bendita plegaria popular! Anhelos y favores. Brazos en cruz. Lágrimas de gente sencilla. Escalofríos de amanecer, hogueras que en la madrugada se levantan como lenguas de fuegos fatuos.
El Consuelo llega a la Abadía. La campana de la Vela lo saluda al alba con su voz de plata. Los luceros se asoman como príncipes de cuento a las almenas de la Torre de Comares. ¡Ay Granada, Granada; elegida por Dios, para mostrar en tí, su soberano poder y su grandeza!
José Gómez Sánchez-Reina